jueves, 21 de agosto de 2008

Parte II

Accidente 2: Filial Acapocea

(Mediodía, una mujer llora en la esquina de Xilpi y Amate, nadie voltea a verla.)

Nipa: uug, uug… (grita) descubrí el origen del universo y no se parece a ti (señala a un transeúnte).

Trébol: Me está confundiendo señora invisible, yo no quiero saber esas cosas.

N: Pero… ¿por qué? ¿No le importa acaso que este mundo esté jodido por culpa de personas ignorantes, estúpidos que han destruido el planeta y tal vez hasta el tiempo mismo?

T: De verdad, no.

N: ¿No te das cuenta que contribuyes a la catástrofe mundial?

T: Sí (sonríe).

N: Entonces serás exterminado.

T: Como todos los demás señora, pero mientras tanto no me atormento con juegos morales ni éticos, prefiero disfrutar un cigarro que imaginarme el color de mis pulmones.

N: Te dolerá.

T: Sí, pero hasta ese momento, a usted ya le duele ahora (observa la verruga en su mano y corre).

(Nipa, inmóvil, con la mirada detiene a un niño)

Demosi: ¿Estás triste?

N:…

D: Ya te había visto, eres la bruja de mis sueños.

N:… tal vez, he estado en tantos lugares.

D: Ahora no te tengo miedo.

N: ¿Y por qué?

D: Porque sé que existes, que te disfrazas para asustar a la gente, como ese señor que se fue corriendo.

N: Él no tiene miedo.

D (recoge una piedra y se la avienta en la frente): No debes asustar a las personas.

N (sangra voluntariamente): Es lo único que los mantiene vivos, si dejara de asustarlos, dejarían de existir.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Los Infernales

Es extraño cómo se hacen cosas sin un aparente sentido. De pronto alguien pregunta para qué, por qué y no hay respuesta, y se dejan de hacer cosas, y un blog pierde pertinencia, si alguna vez lo tuvo. Y alguien vuelve a decir: tienes un mes sin publicar nada. Y el mes se duplica, y ahora el Perro dice: lo que sea.
Este preámbulo a la obra de teatro Los Infernales es innecesario, tanto como escribir una obra de teatro. Esta es sólo la primera parte.

Los Infernales

(Fábula en cinco accidentes sin moraleja)

Accidente 1: La instrucción de Leviatán.

(En una azotea invadida por hierbas, plantas y árboles un hombre camina entre la maleza.)

Milon: Todo esto es muy confuso, confuso, onf.…. Cof, grag.

(Una ave mojada aterriza en el hombro de Milon.)

M: Cada día mi tos es más bella, resuena como campana de ignominia en un réquiem hilarante. Esta belleza no se compara con ningún paseo en las hogueras de la ciudad. Mírala, tristona, impotente contra los destellos de tu vuelo, de tu circunvalación aérea por el delicioso cadáver de la humanidad.

Biadeé: ¿Por qué buscas una explicación? ¿No sabes que está prohibido? Que si te llegan a pescar, uhuui.

M: No te lo puedo decir, espero a los soldados, a los nuestros, deben estar por llegar.

(Llueve.)

(Llueve.)

B: No pueden venir aquí, este es un sitio sagrado. Ahora ya no me preocupan los otros; en realidad nunca me ha importado que se descuarticen entre ustedes, incluso es divertido, cuac…, pero sabes que no pueden venir aquí.

M: Venimos porque necesitamos su ayuda, estamos asustados, perdidos (su rostro se compunge)… No sabemos qué hacer.

B: ¿Por qué crees que nos importa?

M: Nosotros siempre los defendimos, hacíamos campañas mundiales para salvar ballenas, para que no comieran carne, pero no nos hicieron caso. Nosotros siempre estuvimos con ustedes. Yo evitaba a toda costa matar algún animal, ni a una cucaracha lastimé, ni ninguno de nosotros.

B: De verdad, bueno, no creo que eso sea un argumento convincente, pero voy a avisarles a los demás, tal vez se compadezcan, aunque en verdad no lo creo. Llevaré tu mensaje.

(Biadeé intenta emprender el vuelo, pero se arrepiente en el último instante.)

B: No puedo, no sé qué me pasa, siento que me voy a caer.

M: Ahí vienen Dober y Tomal.

(Entran corriendo por un pasillo de guirnaldas. Tomal da un salto infinitesimal.)

Dober: Nos siguieron, pero no nos alcanzaron. Los demás no deben tardar.

Tomal (hacia Milon): ¿Ya le dijiste?

M: Ya, pero no puede volar, le pegó un miedo repentino, uno de los ambulantes nocturnos a la caza de un confiado desvelado.

T: Lo he visto antes (Tomal se acerca y examina el ojo del ave), está perdido.

B: Pero no me he acercado a la ciudad, cui…

D: Debemos sacrificarlo, no hay otra forma, además no he comido pollo en años.

(Tomal y Milon prenden una fogata, Dober se aproxima a Beideé, le arranca la cabeza sin destellos de furia, se lo comen mientras esperan a los demás soldados.)

M: Mmm, delicioso, ahora debemos deshacernos de los huesos.

La Pesca de Truchas en Norteamérica en Zacatecas


La Pesca de Truchas en Norteamérica es un libro, es una tienda, es una persona que cenó alguna vez con María Calas, es una actividad que desprende el lóbulo izquierdo de cualquier cerebro que lo practique, el cual se convierte en una crisálida que vuela y se arrastra por la auroreferencia de su creador. Richard Brautigan llegó al pueblo, llegó subido en un caballo. En la esquina del Indio y la Principal, el caballo de Brautigan se encontró al Perro Mimo, quien le ladró las injusticias de la justicia, los sobrados egos en la industria de las ideas y los garabatos en los lienzos colgados en las paredes de la morgue de la escuela de Medicina, donde políticos y figuras públicas dieron sus condolencias, atabiados con gamusa y envolturas de papas fritas, por la terrible pérdida de los objetos asequibles. El caballo de Brautigan relinchó un discurso que se decía Novela, pero en realidad era un poema trasvestido con lentejuelas de narración. La Novela relinchada por el caballo del sombrerudo de la foto se puso a bailar en los ojos del somnoliento can, se deshacía de tantos juegos sensuales, de tantos ritmos aspirados, de tantas historias escaldadas en la lengua torcida, deformada, expandida del caballo de Brautigan. De pronto, la Novela pierde su espacio, su tiempo, sus personajes, se desprenden de sus fronteras de tinta y se hacen una sola cosa. El espacio es un personaje con vida propia, con historia sobre otro espacio que también es personaje, los tiempos se sobreponen uno sobre otro, como una orgía de ballenas y lagartos en el fondo de un pozo en medio del desierto: la acción es el libro, el espacio, el personaje, el escritor, el paisaje, la trama de este poema con perversiones narrativas.
La Pesca de Truchas en Norteamérica es una provocación, así como otra de las novelas del gringo: El aborto, romance de 1966 (Novela sobre las posibilidades románticas de una biblioteca californiana, para las pulgas en la cabeza del perro, quien decide perseguir al caballo de brautigan en busca de mas Novelas o Poemas sin disfraz, porque no lo necesitan.
Más de Brautigan en: http://www.brautigan.net/trout.html

lunes, 16 de junio de 2008

Deambular de una catástrofe encerada

Los rituales se deforman cada vez que se especula con los vientos bochornosos del norte. El can se dio la vuelta sin voltaer atrás, tal vez sólo un atisbo a un pasado estéril de entusiasmo, ahí estaba otra vez, con el rabo enredado en las ramas del tormento. "No más pulgas de la antigua Babilonía destrozada", sucumbió su estrecho pensamiento. Pero sí, pero ella, una sombra, ella, un disturbio en la apacible soledad de la laguna que con tanto esmero había sido vaciada por una morra de orígenes latinos, la que le aplicó el catenaccio de una sórdida pasión. Italia está muy lejos de estos cerros y la sombra que era ella emepezó a resplandecer entre paseos periféricos al alba y antes de la noche. Ella, noche y lluvia, nada de tormentas, nada de torrentes en una bolsa de plástico amarrada. NocheyLluvia arrancó destellos en el lomo maloliente del Perro, hasta unas cuantas pestañas le quitó el primer día de jazz y de desvelo. Vino Durango, el esperado coloquio de las estrellas subterráneas, y ni la lejanía de las nubes grises provocó que fuera sombra otra vez, NOcheyLLuvia se plantó en la nostalgia del chucho con traje intelectual, el cual se pone sólo en ocasiones de parafernalia discursiva y altivez enlodada. Gardea, dijo el Negro con chela en las orejas. Revueltas, gritó el Buda calncinado hasta los dientes. No es tan sonora la academia, cantó el Mimo ante un público de crudos soñadores. En la lengua del Remi se incedió el cine clase B, tan parecido a su lenguaje. Ah, y el Bolaño de Huuugui cerró la ceremonía. Pero el ritual de la cerveza, con su baile y carcajada, con su karaokeada desde Rafael hasta Metallica, con el altar a Morrisey y sus camisas de seda, todo eso no se olvida, todo eso se queda pegado como la mugre tan querida por el can, que sigue observando el péndulo del rabo que va y viene por las amistades encontradas.

jueves, 8 de mayo de 2008

Viene, viene

Nunca le ha importado la soledad, algunas veces hasta se revuelca en ella y termina enlodado de entusiasmo. Un domingo cualquiera (¿?), sin chelas ni futbol, convenció a sus patas, al menos a tres de ellas, de ir al zócalo a escuchar al Goran Bregovic, cocompositor de la música de "Underground". Buenas rolas, pero no recordó ninguna otra. Pero nada, nada más que museo enmuchedumbrado y asambleas sin victoria en los costados. Nada. Entonces dijo o pensó, seguro ésta última ocpión, porque no había nadie a quien decirle nada:
-Me fumo un cigarro y me largo.
Justo cuando el rabo estaba a punto de meterse entre las patas se acercó la primera sorpresa de la tarde. Sólo con magia se alimentan las sorpresas. Ella, otra ella que vuelve a ser la única ella, acompañada de una K del periodismo. Se prendió el cielo nublado por los ojos de porcelana de Soblé. Se cambia la instrucción a la Plaza de Santo Domingo. Segunda sorpresa: tren de wiskey clandestino en los bolsillos. La fiesta tomó la calle y el Perro y sus nuevas amigas tomaron wiskey en cada brinco, en cada ritual del desenfreno. La lluvia, de la que algunas almas atrapadas huyen, sentenció el paso hacia el umbral de los sentidos embriagados, de alcohol, de música y de brillos en los ojos. La banda terminó en un tiempo sublime, pero los pasajeros continuaban en el trance mientras regresaban a sus casas. Soblé, K y el can siguieron el camino más largo y el más divertido de la noche.

sábado, 3 de mayo de 2008

Aclaraciones innecesarias

Para aprender a volar hace falta un destello, a veces insignificante y espontáneo. El momento se convierte en instante. El Perro desatado se fue husmeando tras Bob Dylan, con la todavía Maravillosa siguiendo sus pasos. Zimmerman se cubrió en un halo de versiones únicas, sin ademanes; pura música en las orejas blueseras, alargadas hasta el piso de cantera. Todo fue un sueño rabioso, un fugaz idilio romano, que se curó entre nubes y edificios, en un sureño parque del DF. Se rascaba el chucho los despojos de caricias sin promesas, saltaba emocionado bardas y avenidas. Nunca se creyó poeta, pero las palabras no hacen a los canes, sino el camino que las lleva y las trae de la garganta. Gramática, semántica y fonética siempre viven juntas, desvergonzadas prostitutas de las identidades, que se contorsionan en los hocicos afilados. Palabra que hace la palabra, pero el ladrido es lo que cuenta, aunque se enoje la Marasma de vasos destrozados en su cama. Egoísta mimo sin máscara, que apedrea ventanas con cebollas, regresa pero no tanto ni tan cerca, porque algunas pulgas brincan alto y dicen dizque vuelan.

sábado, 29 de marzo de 2008

Ahogado en Mar Abierto

Y llegó desde Italia, perdón desde el DF, la Maravillosa sorpresa, que creció y creció, que desbordó su lluvia sobre el pelambre del can maltrecho, lastimado y, por qué no decirlo, un poco temeroso, tal vez hasta celoso de tanta sincronización. De la mano de Maravillosa se metieron al museo Rafael Coronel, sonaba el jazz distraído y espontáneo de los Dites 34, franceses frescos y elaborados de papel maché, con su teatro y una danza no premeditada de un bailarín local, locuaz, loco. Primeros besos, primeras distancias acortadas y el Perro se sacudió algunos pelos caducados. Con un "Ya crecerán de nuevo" se levantó y las patas conversaron con la mano italiana. Un rato mezacalero en Las Quince Letras iluminó aun más esos ojos de tormenta. Perro, Perro a dónde vas, vete pues, pareces un poco cansado.


Foto: Dites 34 en el Rafael Coronel. Sábado 22 de Marzo de 2008






El domingo fue de máscaras matutinas, pero con los ojos bien abiertos. La noche le tocó a El Cigala. Aunque el can melindroso no gusta tanto del flamenco, algo de sorpresa se posó sobre su inflalible olfato. Además la Maravilla seguía creciendo y se hacia tormenta, poco a poco empapó su rostro y la desobediencia no se hizo esperar. Con la lengua de fuera fue y vino, llevó y trajo recuerdos de su adolescencia precoz. Oh Cigala rasga esas manos, devuélvele la voz a los gitanos.
La decepción del lunes y la divinidad de Zimmerman se quedan para otro día, rasca Perro un poco más profundo, sino no llegas a la esquina.

Foto: El cigala en Plaza de Armas, domingo 23 de marzo de 2008.

viernes, 21 de marzo de 2008

Amanecer de Orquesta

Sorpresas, muchas sorpresas la noche del jueves para el perro andariego. Algunas deplorables, como la lectura de erotismo sin erotismo en el cafecito con nombre de payasos medievales. "Ese fue el detonante", me dice desde su sueño merecido el mimo peludo. La salida fue intempestiva porque las palabras parecían dormidas, cansadas de aparecer ahí. "Jazz fusión salsa", gritó una melodía en la Plaza de Armas, pero nada demasiado emocionante. En eso un mensaje que anunciaba lo inesperado, como un rumor en lo más profundo de su cueva, la que llama hogar. "Sí -se respondió- estoy listo para vagar con ellas". En la puerta del cafecito se planeó la fuga hacia la noche, sólida como gelatina de limón. El viajecito con Rhin y Lima antes de echar más jazz al fuego despertó la expectación del can bravero y su promesa de más viajecitos de embriaguez. Rhin brillaba como siempre, como antes, sin destellos; Lima tiene un rato apagada. Regresaron los tres al Museo Rafael Coronel, donde los ritmos de l´Orkestre des pas perdus resonaron en toda la capilla, invadieron los cuerpos con tanta energía, con tanto viento de su alma irreverente, juguetona con los sonidos, desde ska hasta blues en una sola cadencia e implacable bateria. El mimo impresionado levantaba las orejas y sacudía la cabeza en señal de éxtasis incontenible. El grupo canadiense tocó más de dos horas, doblando el tiempo y el silencio de la noche.
-Vamos a ver el amanecer- le dijo la cada vez más esplendorosa Rhin.
-Por supuesto, ya falta muy poco y todavía hay media botella de vino tinto- respondió Perro Mimo con la lengua seca y morada.
La noche del jueves dejó de ser noche en un camino de Sauceda de la Borda, pero ya había dejado de serlo desde que la Orquesta de los pasos perdidos rellenó sus cuerpos con tanta energía, con tantas experiencias compartidas.
Amaneció con más palabras, compresiones y sorpresas, sobre todo Rhin y su lectura de un cuento perverso sorprendieron al can desmañanado, hasta que lo único que olió fue la sonrisa y el perfume.
-Rhin debe escribir más, tiene pasión- fue lo último que me dijo antes de rascarse las pulgas, dar vueltas alrededor de su manta y echarse a dormir con el sol ya encima, con la amenaza de más y más sorpresas.

Ahí se queda una pequeña muestra de la orquesta.

jueves, 20 de marzo de 2008

Con las patas dobladas

Se avecina una tormenta, el viento desparrama los peinados de las señoras pero nunca de las emos, que ya no quieren esconderse y las piedras vuelan sobre sus cabezas. El perro zacatecano despabila y se para de su silla clavada en medio de la sala. El vendaval trae consigo la noticia: "Comenzó la Semana Cultural". Otra semana de excesos pero ahora tienen un motivo y un falaz sentido de que algo se mueve por ahí. Con las patas aún mojadas por el estupor de la tarde, el can hambriento de estusiasmos se escabulle hasta las cercanías de Plaza de Armas. En la primera barricada se presiente un desencuentro con la ley.
-Lo vamos a revisar, algo esconde entre esos pelos sucios- le dice el bigote del policía. Perro Mimo enseña los dientes en señal de civismo, pero el uniforme busca una mordida y no lo ve.
-Bueno, con cuidadito nomás, porque así se me han perdido muchas cosas- ladra el can rabioso. El policía quiere pelea ahora, se deshace en furia contenida.
-Ya valiste madres pinche perro, contra la pared, te vas a sacar todo lo que traigas.
-Está bien, pero no se excite demasiado, porque no soy tan facilito- responde el chucho mientras la manos de la ley se resbalan por su entrepierna.
-Ya vete, antes que te madreé- dice el policía al ver la sonrisa perversa en el hocico.
Entre la multitud el can escucha una canción, la única que reconoce de Zoé. Todos cantan menos él. "Estoy viejo ya", piensa sin remordimiento ni falsa modestia. Antes del final el can se larga a consumir la noche inaugural de borracheras.
Al siguiente día el Perro se levanta con el rumor de una visita. "Maravillosa visita desde Italia", se dice con los pelos del rabo erizados y una lamida a la pata izquierda. La Maravillosa visita está en camino. Pero no le impide la nostalgia de un amor antiguo e imposible. Rita Guerrero canta en la capilla de Santo Domingo, la iglesia con mejor acústica de la Nueva España. El Ensamble Galileo degolla santos y vírgenes en su propio territorio. A las largas orejas del can llegan canciones paganas con ritmo sefardí. Ella está hermosa, más hermosa que la última vez que la vio. "Rita, Rita, Rita", grita para sus adentros calcinados (nadie sabe que la presencia del Perro en una iglesia podría desencadenar el Apocalipsis).
Ayer fue la acordeona, la melodía de Celso Piña que hizo tambalear a las pulgas y garrapatas del can hereje. Baile y chuntaros por todas partes, la energía de Celso provocó el descuido de sus patas peludas, que se movían por su propia voluntad. Después: mezcal y más mezcal. "Del bueno pues: Huitzila por favor". Luego la inevitable claridad de sus ojos azules, de su cabello rubio y la nostalgia de la campiña italiana.
-Pronto- le digo para que calme la expectación.

sábado, 8 de marzo de 2008

Guau, Cof, Uy: Borrador de lo insondable

-Sal de ahí perro sarnoso, no te escondas, te veo el rabo desde aquí, estás temblando. Pero no me oyes cabrón, escuchas alguna mamada metalera, entonada eso sí. Pareces un cachorrito asustado, dime qué gata te rompió la madre ahora.
Hasta ayer en la noche Perro Mimo estaba desaparecido, salía ocasionalmente, pero nadie nunca lo notó. Qué noche el viernes. El can estaba impresionado por la noticia: 4 exposiciones en 4 diferentes lugares. "Miren cómo se pavonea el artista", gritaron las pulgas que querían fiesta de alcohol en la galería Arroyo de la Plata. Pronto se descubrió lo que ya se sabía desde antes, o sea: lo mismo, la caricatura ni siquiera era humorística. Pero la sorpresa del pulguiento y ya no impresionado perro fue Xarid y su gorro blanco tejido a mano, que de inmediato hicieron chispas y destellos entre la falsedad de los expertos y entendidos de la pintura zacatecana contemporánea. Felicitadores, les dice el neófito can que se quedó perdido en los ojos de tormenta en pleno semidesierto. Xarid desapareció y las pulgas, alcohólicas por generaciones, ya no querían fiesta, la deseaban, la necesitaban. Antes, el perro se paseó por la Fototeca del Estado. El laberinto y las escaleras fue lo más interesante.
El Perro salió de la Arroyo para convertirse en eskimal de la avenida Hidalgo. Una instalación a las afueras del Museo Rafael Coronel parecía un buen resguardo del congelamiento."Pinche frío", fue la frase más escuchada y dicha de la noche. Los ojos del Perro helado brillaron con la barra de bebidas y canapés. "A la carga", le dijo El Precas que lo acompañó. Otra vez, la sorpresa no colgaba de las paredes, ni en las mesas con pastas de engargolados, sino de un nuevo encuentro, ahora con Riba y su impresionante sonrisa. El rabo no dejo de moverse, de hacer remolinos, vueltas dobles y otras acrobacias, pero tenía que irse temprano.
-Quédate escondido Perro Mimo, no salgas hasta el 17 de marzo, fermenta un poco ese deseo.



PD: Perdón por la asuencia de fotos, se las debo.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Zimmerman en Zacatecas






Ante la próxima llegada del gurú de los 60´s a Zacatecas, ha surgido la sustancia de una controversia que este can no puede resolver, y sólo se queda lamiéndose los güevos. Unos dicen que es un insulto el acceso gratuito para verlo, que muchos van a ir sin saber nada del Dylan; los otros sólo nos hacemos una idea vaga de lo que será esa noche.

jueves, 14 de febrero de 2008

Cómo escribir literatura infantil

Salió Perro Mimo de su cueva ancestral, siete días con sus noches estuvo encerrado en las cavernas de la autocompasión. Al salir se descalabró con una estalactita brillante, transparente como las intenciones de los políticos corruptos (perdone la redundancia). Un aullido escuchó a lo lejos, allá abajo, en la ciudad que se siente rosa, pero que cada día se oscurece más hasta volverse carmesí. "Mucha sangre me perdí, mucha", pensó el can bordado de fantasías irremediables. Acudió sin disgusto al llamado de los Puercos. Maya apareció para ofrecerle al Perro el humo de los barcos en el horizonte: "Qué rico despertar para volver a dormir", le dijo a Maya. Pero no podían quedarse mucho tiempo, Maya debía recoger a su hijo en la escuela. "Qué pequeña se ve la escuela cuando creces", me confesaría después el chucho malogrado. En una de las paredes de la primaria Ford, viejo territorio sin ley, estaba un cartel sobre un concurso de literatura infantil, el Perro de inmediato se puso en guardia. "Tal vez... si lo intento..." , pensó. Apuntó fechas y requisitos en su mano peluda y salió corriendo a escribir primero un cuento, luego un poema y al final una obra de teatro. Pero nada de nada, cómo escribir para un niño. Recordando, se respondió frente a las teclas de su máquina de escribir. Estaba muy lejos de su memoria el can y decidió simplemente escribir una historia sobre un falso misterio. Pero nada de nada, nada que nada el Perro en un mar de incertidumbre. Me pidió que dejara la dirección para ver si alguien más podía recordar o alguien seguía siendo niño después del desastre de crecer: www.guanajuato.gob.mx/cultura/convocatorias/literatuta_ninos08.php.

martes, 22 de enero de 2008

The shield: Al margen de la ley


Se despierta Perro Mimo entre sábanas de celulosa, si pudiera se fumaría el mismo, dice una vecina puritana desde la ventana. Se sacude un poco, de abajo a arriba. Un poco de tele, alcanza el control con la pata izquierda, la más maltratada desde que su memoria se coció en aquella cueva del cerro de La Bufa. Es de madrugada y el can incontinente no encuentra nada interesante en la pantalla, ni siquiera divertido. Espera, qué era eso que pasó. Otra serie de policías, reponde la molesta conciencia canina desde la oreja derecha. Bueno, después de CSI (los tres), de La Ley y el Orden y el vendaval de series policiacas, no creo que pasé nada sorprendente. Sorprendentemente el dedo de Perro Mimo se niega a cambiar de canal (AXN). Los personajes, en especial Vic Mackey, no son los ñoños en armadura de moral que siempre atrapan al malo gracias a su inteligencia y razonamiento, sino que los escritores los dotan de matices. Se puede ver al héroe (Vic: Michael Chiklis) ayudando a los dealers para poder encerrar a otros, planeando robos, asesinando a compañeros policías que lo traicionan, haciendo migas con prostis heroinomanas, etc. Además, esta serie no se queda en otra serie policial, arguye el can meticuloso, sino que tiene tonos políticos, de drama, de acción, de comedia y hasta sicológicos. En la cuarta temporada de la serie actúan Gen Close y Forrest Witaker, los cuales le dan más calidad al programa. También es de admirar el trabajo de las cámaras, la fotografía y la consistencia de los escritores. Sale los miércoles a las 11 en AXN.
Perro Mimo manda un ladrido a su creador Shawn Ryan, quien le hizo mover el rabo de expectación. Gracias a él la bestia peluda pudo dormir intranquilamente.
PD: Siempre resulta interesante ver a un detective llorando después de que atrapó a un serial killer sicoanalista.



viernes, 18 de enero de 2008

Parábolas de borrachos, dulces parábolas de borrachos

Se alejó un poco del mundo, se depsidió de sus amigos, casi todos pulgas y otros bichos de callejón. Se disparó Perro Mimo lo más lejos de aquí. Pero pronto regresó, solo, sólo regresó. Escuchó en la calle su nombre algunas veces, cuando algo de su rencor por el mundo fue impreso en un periódico local. Caminaba orgulloso, con el lomo mal peinado, con la sonrisa escondida, cuando vio a una conocida, compañera de celda en esa univesidad desaparecida. Un saludo y una olfateada hicieron falta para reconocerse, para quedar deslumbrado otra vez por esos faros verdes metidos en su cara. Una comida. ¿Sí?. El miércoles. Ahí estaré. El can estaba decidido antes de ir a enterrar el hueso en la orilla del Parque de la Plata: Voy a ir a esa comida, me dijo el martes en la mañana, y me aclaró: A ti Emiliano no te invito porque siempre te aburres con la gente. Fue solo el chuco desilachado, se puso su mejor traje de enfermo infeccioso para recordar viejos tiempos. Buena comida, buena bebida, brindis por la nueva Maestra en Cualquier Cosa. Salud por Marquesita, se merece un nuevo título, se merece que sus antiguos compañeros de celda nos bebamos su tequila, sus cervezas y su whisky. Amores, recuerdos, grilla política, desilusiones, falsas promesas, gruñidos y remedos de risas: todo volvió a ser como antes por un momento, pero ella no, Seli no podía dejar de ver a sus dos hijas, y el Perro M. gritando y queriendo impresionar, como siempre. Seli se veía sola entre ellos, a pesar de que nunca ha estado más acompañada: viene la tercera o el tercero, y todo cambia ahora, cuando el can canoso llega al baño, afortunadamente, y su estómago desprecia una y otra vez lo ingerido, pero jamás el placer de irse cada vez más lejos.

martes, 15 de enero de 2008

Dos Pelis: Diferencia entre emoción y sentimentalismo

En una tarde no lluviosa pero con vendavales colgados de las ventanas y los postes de luz, Perro Mimo quiso olvidar el aroma inevitable de la calle, entonces se quedó prendado en su casa, en su sillón verde con huequitos definidos. Encontró en la tienda de la esquina de El Corsario dos películas: Luz Silenciosa y Cosas que se perdieron en el camino. Decidió el can desolado sentarse en sus cuatro patas de expectación para un anochecer campestre. La primera, dorigida por el mexicano Carlos Reygadas, resultó una joya bien pulida, que despertó hasta a las pulgas del rabo. Los paisajes por los que deambula la cámara cuentan la historia de Johan, enamorado de dos mujeres. La fotografía es un narrador más que describe el impasible carácter de un hombre atrapado entre su destino y su responsabilidad. El fotógrafo Alexis Zabé comparte la dichosa gracia de entrelazar las imágenes con el desarrollo de la historia, lo cual funde el horizonte entre lo narrativo y la mera narración. La segunda película es un intento hollywoodense por hacer derramar lágrimas al espectador. Cuenta la historia de una viuda (Halle Berry) que ayuda al mejor amigo del muerto a dejar las drogas. No podían faltar los dos pequeños huerfanitos para amarrar el nudo en la garganta. La falta de sutileza para contar la historia hizo a Perro Mimo soltar un ladrido-carcajada en lugar del esperado aullido. Lo rescatable es la preciosa Halle, quien provocó más de un gemido un rápido movimiento del rabo.


lunes, 14 de enero de 2008

Desfile Fachopanista

El pasado jueves Perro Mimo salió de su casa inflable, se puso los zapatos con la lengua de fuera. "No esperaba nada, sólo salí a dar la vuelta", me dijo después, en el café del atardecer. Olvidó peinarse el rabo, pero se lamió las patas delanteras, tal vez Jas anduviera en la calle también. Una fría caminata le esperaba, pero el viento no fue tan gélido sino hasta que dobló la calle Juárez para tomar Dr. Hierro. Una masa negra, que al acercarse cambiaría a un azul negrusco y pantanoso, llegó a la mirada del can inquieto con la vehemencia de un ciego. Uno, dos, uno, dos, gritaba un multitudinario canto que se disolvía con cada bota sobre la piedra. Uniformadas, las voces de la nueva intolerancia tomaron las calles del Centro Histórico de la ciudad (patrimonio cultural de la humanidad), el canino descuidado alzó la oreja y escuchó las botas de los cientos de elementos que forman nuestra policía municipal, sonaban a himno marcial, a ecos de bestial automatismo; los gritos de guerra sólo maquillan la desesperación oficial, pensó Perro Mimo al recordar algo y echar un vistazo en su bolsillo: Vienen por mí, no debí salir con estas bolsas de té. Perro estuvo a punto de correr, nunca lo alcanzarían, pero vio una cara conocida. La rabieta en la boca del idiota comandante provocó la reflexión instintiva: echó una firma en la esquina y se dijo: Es jueves, mediodía, Zacatecas, frontera mesoamericana, y se echó a reir mientras el nuevo gobierno panista de la capital de cantera platinada se manda mensajes a sí mismo y sin saber qué significan.