En todas partes en todo el mundo, el cuerpo pide salir, escapar de su destino. En la calle, en la banqueta, desde las azoteas del barrio, se destapa la máscara de los corruptos, de los que mienten sin divertirse. Esta página está dedicada a los caminantes y ociosos observadores del mundo, a los que han sido invadidos por el dulce virus del descaro, a los desesperados por derribar las fachadas de las catedrales y los hoteles de cristal.
Para empezar un grito estridentista:
Ciudad No 1
Ciudades que inaugura mi paso
mientras los ojos de ella
secuestran el paisaje
German List Arzubide
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